Olga Portuondo Zúñiga
(Camagüey, 1944)
Historiadora, ensayista y profesora.
Doctora en Ciencias Históricas. Profesora Titular del Departamento de Historia de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Oriente. Investigadora Titular de la Academia de Ciencias de Cuba. Investigadora Adjunta de la Casa del Caribe. Historiadora de la Oficina del Conservador de la Ciudad de Santiago de Cuba.
Ha desarrollado su labor docente en universidades y centros educacionales de España, Francia, Brasil, México, Guyana, Colombia, Haití, Estados Unidos, Alemania, Guadalupe, Martinica, Reino Unido, Australia, Bermudas, Canadá, Venezuela, Puerto Rico y República Dominicana.
Entre sus numerosos libros se hallan Santiago de Cuba, desde su fundación hasta la Guerra de los Diez Años (1996); El Cobre: santuario nacional (1997); La catedral primada de Cuba (1997); Una derrota británica en Cuba (2000, Premio de la Crítica), y La saga de los Valientes (2003).
Ha merecido galardones como el Premio Nacional de Historia (2003), el Premio Nacional de Investigación (2006), el Premio Anual al Mérito Científico de la Universidad de Oriente y el Ministerio de Educación Superior (en tres ocasiones) y el Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas (2010).
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(Camagüey, 1944)
Historian, essayist and professor
Doctor of Historical Sciences; Full Professor of the History Department of the Faculty of Social Sciences, Universidad de Oriente; Researcher of the Academy of Sciences of Cuba; Research Associate of the Casa del Caribe and Historian of the Office of the Curator of the City of Santiago de Cuba.
She has worked as a professor in universities and educational centers in Spain, France, Brazil, Mexico, Guyana, Colombia, Haiti, United States, Germany, Guadeloupe, Martinique, UK, Australia, Bermuda, Canada, Venezuela, Puerto Rico and Dominican Republic.
Among her many books are: Santiago de Cuba, desde su fundación hasta la Guerra de los Diez Años (1996); El Cobre: santuario nacional (1997); La catedral primada de Cuba (1997); Una derrota británica en Cuba (Critics Award, 2000), and La saga de los Valientes (2003).
She has been honored with numerous awards such as the National History Award (2003), National Research Award (2006), Annual Scientific Merit Award accorded by the Universidad de Oriente and the Ministry of Higher Education (on three occasions) and the National Social Sciences and Humanities Prize (2010).
Tributo rendido de un amigo
Por: Eusebio Leal Spengler
A lo largo de los años he tenido la oportunidad de conocer a varias de las más relevantes investigadoras cubanas. Al pensar en ellas, necesariamente regresa ante mí la imagen de la Dra. Hortensia Pichardo Viñals, de quien no poco aprendí. También recuerdo a otras mujeres dedicadas por entero al quehacer investigativo, cuya labor quedaba cubierta por el silencio. Es el caso de la paleógrafa del Archivo Nacional Nieves Arencibia, y también de María Benítez, viuda de Emilio Roig de Leuchsenring. No pocas veces, María solía corregir los trabajos que Emilito dedicaba a temas álgidos de la historia, para lo cual ella ponía en práctica los conocimientos adquiridos de tan singular maestro. Más cercanas en el tiempo están las reconocidas doctoras María del Carmen Barcia, Ana Cairo, Zoila Lapique, Araceli Díaz-Carranza…, entre otras investigadoras, por quienes siento igual grado de admiración.
Lugar especial ocupa Olga Portuondo, a quien llamo afectuosamente Olguita. Tenaz como pocas en la rigurosa tarea de investigar e indagar acerca de la «verdad histórica» —o al menos lograr la máxima aproximación a ella—, sus trabajos han iluminado el conocimiento sobre la historia de Cuba, y otorgan un matiz a la historiografía nacional y, en particular, a la del Oriente cubano.
Cruzando el río Jobabo, estamos en tierras donde el sol se eleva majestuoso entre las montañas: llegamos a la ciudad de Santiago de Cuba. Para mí, capital de las capitales orientales, sin menoscabo de tanta gloria acumulada en cada rincón de la región oriental. Santiago de Cuba también ha sido punto de referencia de las investigaciones históricas desarrolladas por Olga, quien es fiel a sus predecesores, don Emilio Bacardí Moreau y don Francisco Ibarra (Pancho).
Más que andante, ha ido peregrina a los lugares donde se han erigido monumentos o donde perdura, a veces varada, la historia de las heroínas cubanas, particularmente la de la insigne Mariana Grajales, madre de los Maceo. Cuando existe duda o polémica sobre cualquier aspecto de aquellas vidas sin par, se pide criterio a la historiadora, amada y respetada por sus alumnos. Muchos de ellos han llegado a ser sus discípulos en una escuela de pensamiento que muy tempranamente tuvo su ámbito en el Real Colegio Seminario San Basilio el Magno, en los círculos refinados de la cultura y en los no menos cenáculos del sentir popular.
Por todo ello merece elogio la Dra. Portuondo, por su vida y por su obra, que tanto prometen todavía. Deposito ante ella el tributo rendido de un amigo, que es mucho decir cuando es palabra sincera y consecuente; cuando no, triste huella de perecedera hipocresía.