Provechosa sustitución
Lucía Sanz Araujo
Como parte de su
Revolución
Energética, Cuba ha emprendido un vasto
programa de recuperación de artefactos y equipos
altos consumidores de electricidad que a su vez es
sustituido por otros ahorradores con lo cual se
contribuye, de manera precisa, a la conservación del
medio ambiente.
Este proceso de reemplazo comprende
refrigeradores, ventiladores, aires acondicionados,
televisores y bombas de agua, así como equipos
automotores.
Por una parte, podrán extraerse más
de 100 000 toneladas de acero para la industria
sideromecánica, lo cual constituirá un considerable
ahorro al sustituir costosas importaciones, además
de chatarra de acero, de electrónica, aluminio,
cobre, plástico, vidrio y madera.
Su destino es la industria nacional:
la producción de barras de acero en, conductores
eléctricos, utensilios de cocina, fundiciones de
aluminio, fabricación de tuberías plásticas, suelas
de zapatos y otras producciones en las industrias
locales.
Por otro lado, en el caso específico
de los equipos de refrigeración se extrae el gas que
emplean para el enfriamiento.
Según ha señalado el Doctor Nelson
Espinosa Pena, director de la Oficina técnica de
Ozono, perteneciente al Ministerio de Ciencia,
Tecnología y Medio Ambiente, al concluir esta
operación se habrán recuperado o destruido entre 100
y 200 toneladas de Freón 12, que de otro modo
hubieran escapado a la atmósfera y dañado,
consecuentemente, la capa de ozono.
Es por ello que además de reducirse
el gasto energético y mejorar la calidad de vida de
la población este cambio posee un alto componente
ambiental.
Vale recordar que en cada municipio
del país se han creado las condiciones para la
extracción de grandes cantidades de gases, señaló el
Doctor Espinosa Pena, para lo cual se han adquirido
equipos, identificadores químicos, aparatos para
perforar las máquinas, mangueras y balanzas, entre
otros.
Se prevé que cuando concluya la reposición de
refrigeradores se habrá
eliminado, totalmente, el uso de los
Clorofluorocarbonos (CFC) en el
sector doméstico y proseguirá la del estatal.
Significó el directivo que en tanto
sea factible realizar una inversión en ellos se
procederá a la reconversión a otros gases no
dañinos, siendo una de las alternativas el LB-12, de
producción nacional y que puede incorporarse sin
necesidad de variar el aceite. Esto, si bien no
resuelve el elevado consumo eléctrico, sí la
agresión al entorno.