¿Sabes por qué los CFC destruyen el ozono?
Lucía Sanz Araujo
Se repite, una y otra vez, que la capa de ozono
estratosférico es destruida por los CFC (clorofuorocarburos),
sustancias presentes en aerosoles, aparatos de aire
acondicionado y neveras y utilizados también en
diversos procesos industriales.
Sin embargo, muchas personas ignoran, a ciencia
cierta, cómo es que se produce este proceso.
Ante todo, debes recordar que la capa de ozono
protege la Tierra de la radiación ultravioleta, que
si no fuera absorbida en gran parte por este gas
llegaría en una cantidad perjudicial para la vida.
Esa capa ha decrecido, de manera alarmante, tanto es
así que ha habido que reglamentar el uso de los CFC
y buscar sustitutos con urgencia. ¡Dónde está el
problema? En que los CFC contienen cloro y ese
elemento químico reacciona con el ozono,
destruyéndolo. El cloro es un elemento muy reactivo.
Los CFC son hidrocarburos, es decir, compuestos de
carbono e hidrógeno, en los que los átomos de
hidrógeno han sido sustituidos –totalmente o en
parte- por átomos de cloro y de flúor.
Cada CFC tiene un número característico de átomos de
cloro y de flúor. Estas moléculas son muy estables.
Y por ello el cloro asciende hasta la estratosfera,
protegido como parte de los CFC.
Pero al arribar a la estratosfera, donde la
protección del ozono es menor, llega una radiación
ultravioleta de una longitud de onda determinada,
que descompone el CFC. De esa manera el propio ozono
evita que la radiación ultravioleta destruya antes
los CFC y ha colaborado para que la molécula que le
destruirá llegue hasta la estratosfera.
Allí, el CFC se descompone y se libera un átomo de
cloro. Como ya sabes, este elemento posee una gran
avidez por reaccionar y lo hace con el ozono. De esa
forma, se produce oxígeno y un óxido de cloro (CIO).
El CIO reacciona con otros átomos de oxígeno, que
vuelven a dejar un átomo de cloro suelto. Así, el
cloro se une de nuevo a una molécula de ozono, la
destruye y vuelve a formar CIO.
El ciclo se repite. Además la destrucción de la
molécula de CFC deja además un compuesto con
electrones libres, estos a su vez, buscan moléculas
con las cuales reaccionar.
¿Cómo es el resultado? Nefasto. Los átomos de cloro
pueden llevar a cabo estas reacciones durante
décadas y en algunos casos, durante un siglo o más.
Por ello, una cantidad modesta de CFC sería ya muy
nociva para el ozono.
Comprenderás que como el hombre ha empleado durante
años y años millones de aerosoles no resulta nada
extraño que en la actualidad el estado de la capa de
ozono resulte preocupante.