Novedoso título sobre Cuito Cuanavale en la Feria del Libro
Cuatrocientos noventa y tres días en Cuito Cuanavale es el nombre del libro presentado en la XXIV edición de la Feria Internacional del Libro de La Habana bajo el sello editorial Verde Olivo.
Por: Teresa Valenzuela García (Tomado de la web de Radio Rebelde)
Cuatrocientos noventa y tres días en Cuito Cuanavale es el nombre del libro presentado este lunes en la XXIV edición de la Feria Internacional del Libro de La Habana bajo el sello editorial Verde Olivo, de los autores Venancio Ávila Guerrero, fundador de las fuerzas blindadas, y el Teniente Coronel jubilado Eduardo Tauriñán Yánez.
En cerca de 300 páginas el jefe y segundo jefe, respectivamente del 71 grupo táctico, relatan lo ocurrido en esos días de combates ininterrumpidos en la zona de Cuito Cuanavale, Angola, en el período comprendido desde el 17 de enero de 1988 hasta el tres de junio de 1989 bajo las orientaciones precisas del alto mando de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
Ellos dirigieron su tropa desde la salida de Menongue hasta su regreso al punto de partida, una vez lograda la retirada de Cuito Cuanavale de las fuerzas sudafricanas.
A propósito del nuevo título puesto a disposición de los lectores en la Feria, el combatiente Venancio Ávila, conversó con Radio Rebelde sobre sus vivencias de aquellos días. Destacó que una vez que contaban con todo el equipamiento de la unidad, el 17 de enero a las 6:30 de la mañana comenzó el desplazamiento.
“Esta unidad realizó cuatro jornadas de marcha; una hasta el río Loasingua; posteriormente hasta Longa; la tercera jornada de marcha incluyó el río Maceca y la última que fue la llegada a Cuito Cuanavale”. Durante estas jornadas -dijo el experimentado combatiente- fuimos objeto de ataques, por parte del enemigo de la Unita que fueron rechazados por todos los combatientes que formaron esta unidad que, además, contó con la brigada número 36 de las Fuerzas Armadas de Liberación de Angola (FAPLA), que marchó y culminó la misión con nosotros.
“Compartíamos todos nuestros momentos con ellos, desde dormir, comer hasta combatir”. “Durante el recorrido sufrimos las minas antitanques y antipersonales, e inclemencias del tiempo donde marchamos más del 50 por ciento del tiempo bajo la lluvia, no obstante esos obstáculos, la unidad llegó el 21 de enero a las dos de la tarde a Cuito Cuanavale en completa disposición combativa con todos los medios en estado técnico perfecto para realizar las acciones posteriores”.
Agregó que el grupo táctico participó en un grupo considerable de acciones combativas; “cuando nos referimos a los combates, el bautismo de fuego como nosotros lo llamamos fue el 14 de febrero que participamos con dos destacamentos de tanques directamente al oeste de la rivera del río Cuito Cuanavale y en las proximidades del río de Cuito.
Vuelven los recuerdos con todo el dramatismo de aquellos momentos cuando señala: “ posteriormente participamos en los combates del 19 y 20 de febrero, y los del 24 y 25 de febrero; estos combates nos fueron dando una experiencia y fuimos ganando en organización y en el estudio fundamentalmente del teatro de operaciones militares al este del río de Cuito Cuanavale”.
“Existen muchos recuerdos especiales de aquel lugar; podemos marcar el trabajo desarrollado por las unidades ingeniera de zapadores que nos garantizaron en primer lugar la llegada a Cuito sin un muerto, o sea que a pesar de que la unidad tenía más de mil 200 combatientes internacionalistas cubanos, llegamos sin tener que lamentar la pérdida de una sola vida humana”.
Igualmente señaló a los servicios médicos que jugaron un papel determinante; desde el primer momento desplegaron una sección quirúrgica muy cercana, a tres kilómetros del puente del río Cuito Cuanavale donde se realizaban todas las operaciones al personal tanto cubano como de las FAPLA.
Allí se atendían a los compañeros que de una forma u otra sufrían accidentes o lesiones debido a las acciones combativas y posteriormente se evacuaban.
“También el resto de las unidades de aseguramiento combativo desempeñaron un papel muy determinante: podemos hablar de los comunicadores, del personal de servicio, los compañeros de aseguramiento técnico que en todo momento garantizaron la técnica en mejores condiciones, así como el armamento, no sólo de la agrupación nuestra como 71 grupo táctico, sino que también asesoramos y ayudamos a toda la agrupación de las Fuerzas Armadas de Liberación de Angola- FAPLA-, que se encontraban desplegadas en Cuito Cuanavale”.
Los artilleros jugaron un papel decisivo desde el primer momento tanto las piezas independientes de artillería con que contaba desde el primer instante los cubanos que se encontraban en Cuito como posteriormente con la llegada de nosotros y el resto de las piezas de artillería nuestras. “Podemos afirmar que en sentido general, todo el personal jugó un gran papel en el cumplimiento de esta misión sin dejar de abordar las cuestiones relacionadas con el trabajo político del Partido que estuvieron siempre en el centro de cada una de estas actividades”-afirmó -. “Para mí en particular Cuito Cuanavale significó mucho porque gané en experiencia combativa, además de conocer y dominar el empleo de los medios combativos con que contábamos, y asesorarme con un grupo de compañeros muy preparados que estábamos allí, lo que me sirvió para el curso de la vida”.
“Los combates correspondientes al mes de marzo que fueron los de los días primero y 23 de ese mes fueron la culminación, el del primero de marzo fue el preámbulo de la derrota del enemigo. “El del 23 de marzo fue el combate final donde logramos aniquilar la mejor agrupación de tropas tanto sudafricanas como de la UNITA, o sea que este combate se considera que fue la victoria en Cuito Cuanavale”. |