Ozono
malo
Si bien la
amenazada capa de ozono de la estratosfera protege
la vida en la Tierra de las radiaciones
ultravioletas del Sol, el ozono de la troposfera es
un gas muy nocivo, producto de la contaminación
ambiental
Lucía Sanz
Araujo
Si bien es cierto que el ozono (O3) es un gas de la
alta atmósfera que protege la vida sobre la Tierra,
en la superficie terrestre es un poderoso irritante
respiratorio, muy tóxico a elevadas concentraciones.
Debes saber que
el ozono del aire respirable procede, esencialmente,
de la contaminación ambiental, imputable a la acción
del hombre. De ahí que para protegernos de ese gas
nocivo,
debemos evitar exponernos a las fuentes
que lo emanan y extremar el aporte de aire
fresco en los lugares cerrados donde se genera.
El ozono irrita las membranas mucosas del aparato
respiratorio. Afecta desde la boca, la nariz y la
garganta hasta las vías respiratorias profundas;
además, propicia las irritaciones oculares,
disminuye la agudeza visual y embota el
razonamiento.
La exposición a
este gas tiene efectos tóxicos acumulativos, de ahí
que a la larga, decrezca la función respiratoria e
incrementa la susceptibilidad a sufrir infecciones.
Cuando las
concentraciones son medias, el ozono atmosférico
produce dolores de cabeza, sequedad en las vías
espiratorias altas amén de dolores en el pecho.
Es conocido que resulta muy perjudicial para quienes
padecen de asma, sufren de rinitis alérgica
estacional o enfisema (sobredistensión pulmonar).
Las frecuentes exposiciones a altas concentraciones
de ozono desembocan en asma, ataques de tos y
dolores torácicos serios.
Tales efectos
irritantes se potencian cuando existe baja humedad
del aire y si concurren otros contaminantes
atmosféricos.
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