Uno de lo más preciosos dones
Lo profundo de estar en un lugar como la cárcel, respondió alguien del público ante la pregunta de por qué podría llamarse el pozo oscuro del presidio.
Por Katina Herrera Ponce
Así, entre reflexiones, estuvo matizada su presentación en la voz de Hilario Rosete Silva, quien expresó: “es intencionalmente breve e intenso, por eso es hermoso”.
Tan importante entrega de la Casa Editora Abril nos llega de la mano de Julio César González Laurelio, quien, preso de su pasión, ha dedicado gran parte de su obra a este tema.
El pozo oscuro del presidio, es un recorrido sucinto por la historia de la prisión cubana. Nos muestra la génesis y evolución de estas prisiones en Europa y en los Estados Unidos hasta llegar al Presidio Modelo. De su mano entramos a las celdas, conocemos testimonios como los de Pablo de la Torriente, de jefes crueles como Castells, de motines, de mandantes, de circulares que aún hoy, ya vacías, estremecen, y de hombres que perdieron su nombre en virtud de un número.
Entonces te invito a su lectura bien agradable y profundamente conmovedora. El texto es un llamado de atención, también, a los jóvenes, padres, maestros, jueces, fuerzas del orden, instituciones sociales, etc., a fin de que reconozcan “el presidio” como un mal lugar y “la libertad” como el bien más preciado del ser humano. De ahí que, para su autor, todo esfuerzo para evitar que alguien cometa delito es poco.
Ya lo dijera Miguel de Cervantes en su obra El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha: “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos”. Ojalá y sepas hacer tuya, siempre, esta máxima. Entonces te habrá sido verdaderamente útil este libro.
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