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Sonajero creado fundamentalmente
con fibras de yagua, hilo, alambre, caña brava y
güira, con elemento natural
incorporado como un
caracol y una concha, estos son los que realizan la función
sonora.
Fotos: Luis Pérez
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Yagua e imaginación

Tanto
la cartera
como el abanico, fueron confeccionadas con la
selección de fibras fuertes de yagua.
Foto: Luis Pérez. |
Por:
Lucía
Fotos: Luis Pérez
Claudia no lo pensó dos veces, echó a volar su imaginación y
con la
yagua de la
palma
real, tan abundante en nuestros campos, se propuso
crear adornos útiles y bellos, y lo logró.
La
muestra la tienes ante tus ojos: un abanico, una cartera que
tú también puedes hacer en los ratos libres.
Cuenta
esta pionera espirituana, miembro del Taller Reparador de
sueños, de la Comunidad de Platero, dirigido por Míriam
Betancourt Ramos, que para confeccionar tanto la cartera
como el abanico, seleccionó fibras fuertes de
yagua.
En el
caso de este último empleé hilo para sujetar las pencas, y
luego lo pirograbé con elementos decorativos. Mientras en la
cartera la unión de sus partes la realicé mediante las
fibras de la misma yagua.
Respecto al sonajero dice que recurrió, fundamentalmente a
fibras de yagua, hilo, alambre, caña brava y güira,
y a cada uno le incorporé un elemento natural como un
caracol y una concha, estos son los que realizan la función
sonora.
Todas
estas piezas,
cuenta la joven artesana, surgieron con un objetivo
social, pues con ellos fueron engalanados la escuela, la
bodega, la sala de video y luego se obsequiaron a quienes se
destacaron en las actividades propias de la comunidad.
Con
sus bellas y prácticas obras Claudia González Hernández
participó en la primera Feria provincial de la Ciencia,
Innovación, Tecnología y Medio Ambiente de su provincia,
donde fue premiada la creatividad de los pioneros del taller
Reparador de sueños.
Pero
hay más, por sus objetos decorativos artesanales también
recibió la primera mención del Concurso Nacional en la
categoría de Creatividad infantil y Juvenil convocado
anualmente por la Oficina Cubana de la Propiedad Industrial
(OCPI), perteneciente al Ministerio de Ciencia, Tecnología y
Medio Ambiente.
Si
quieres conocer más datos de interés sobre ella y otras
especies te recomendamos leer, entre otros, Árboles de Cuba,
de Johannes Bisse; Cuba y sus palmas, de Ángela Leiva
Sánchez; Diccionario botánico de nombres vulgares cubanos y
Plantas medicinales, aromáticas y venenosas de Cuba, ambos
del sabio cubano Juan Tomás Roig Mesa.
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